EL RITMO DE LA VIDA: Urge acabar con la locura vial de los fines de semana

Por Pepe Reyna

04 / Mayo / 2022

Tal vez esto sea un problema nacional, o mundial, si usted quiere. Sin embargo, todo hace suponer que Tepic, y el estado de Nayarit con sus distintas vialidades, se ha convertido desde hace tiempo, años, en una de las ciudades más violentas en cuanto a la circulación vehicular de fines de semana.

Llega el viernes y enseguida el sábado y el domingo, y las familias se ponen a temblar ante el temor de que Tepic tenga que convertirse durante tres días después de las 12 de la noche y durante toda la madrugada en escenario de choques entre unidades motorizadas, atropellamientos salvajes en perjuicio de gente inocente o irresponsable que regresa a casa y resulta víctima de la desgracia.

Desde el bar y el antro hasta las piqueras más corrientes y a bordo de los mismos vehículos cargados de cuates dedicados desde temprana hora a empinar el codo, se originan los desfiles de motorizados- hay quienes lo hacen montados en ruidosas motocicletas- que suelen recorrer las principales avenidas y calles capitalinas, con carga humana dispuesta a lo que sea y que tras de la noche de juerga se convierte en escandalosas notas sangrientas, de valentones que tratan de demostrar su poderío o su pendejez, exponiéndose a sí mismos o poniendo en riesgo a inocentes peatones o pacíficos conductores viales.

Carros que acaban destrozados por choques o volcaduras en avenidas como la Aguamilpa, la Colosio, la Insurgentes, la México, la Allende, la P. Sánchez y la Flores Magón, sin olvidar a las que se localizan en colonias populares donde lo mismo se matan los atrabancados y con ellos sus acompañantes. Choques que se dejan escuchar a varias cuadras de distancia, en los que alcoholizados buscan darle rienda suelta al gusto y acaban estrellados con otros vehículos y casas donde duermen tranquilamente las familias.

Una locura de tres días consecutivos, de parrandas que suelen comenzar desde los días previos al desmadre principal, sin que autoridad alguna lo impida porque en cuestión de Movilidad, como se le llama ahora a Tránsito municipal o estatal, muy poco le preocupa a su personal lo que sucede en sus narices.

Se habla de operativos que de muy poco sirven, comenzando conque siempre hay estúpidos que se dedican a través de aparatos celulares a informar a los borrachos tras el volante en dónde se localizan los supuestos retenes, para que puedan evitarlos, convirtiéndose de esta manera los irresponsables informantes en cómplices de asesinato, porque no se le puede llamar de otra manera.

Hay quienes aseguran-no me consta que eso suceda realmente- que existen por ahí agentes viales que en vez de cumplir con su deber de arrestar a los borrachos sobre ruedas, les piden a estos un moche para dejarlos ir a otros lugares de la ciudad donde pueden seguir haciendo de las suyas. Se dice, tampoco me consta, que con un billete de 200 pesos se permite que el infractor continúe su camino, sólo para que en unas cuadras más adelante acabe por darse en todita la torre.

Si el problema de los accidentes viales en Tepic y en el resto de la entidad crece cada vez más- las carreteras también cuentan en ello-, es porque la autoridad lo permite o le vale sorbete lo que sucede cada fin de semana, sobre todo. Se puede decir que los responsables, o irresponsables de Tránsito, están fallando a lo criminal y que por ello se necesita una limpia en el área, y hasta la consignación en dependencias con más poder allá arriba.

A tal grado está la situación en Tepic y en otros lugares de la entidad, que ahora los criminales del volante no se conforman con sus altas velocidades, sino que han llegado a ignorar el servicio de semáforos durante la noche y se estrellan contra vehículos que circulan de manera normal, como acaba de ocurrir en el antes pacífico crucero de Allende y México. También arremeten contra domicilios particulares, como sucedió el pasado fin de semana en la avenida Gobernadores, y hasta contra modestas instalaciones callejeras de venta de tacos y pozole como acaba de ocurrir en la ciudad de Santiago Ixcuintla. ¡De plano ¡