El SPAUAN, entre el reclamo y la autocrítica

24 / Enero / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

Quizás cerca de dos mil maestros de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) marcharon desde la casa de estudios hasta Palacio de Gobierno, demandando principalmente un mayor respaldo financiero a los gobiernos federal y estatal.

Al frente la dirigencia del Sindicato de Personal Académico (SPAUAN), en el recorrido, animados mediante un equipo de sonido se escuchaba varias veces:

- ¡Que viva la Universidad Autónoma de Nayarit!.

- ¡Viva!.

Incluso se repetía la frase que acuñaron maestros de otras luchas:

- ¡El maestro, luchando, también está enseñando!.

Palacio de Gobierno fue la única parada.

Por la defensa del patrimonio de los nayaritas, se leía en una calcomanía que todos los manifestantes colocaron en uno de sus brazos.

Y muchas, muchas pancartas con sus exigencias, desde que las preparatorias sean incorporadas al Sistema Nacional de Bachillerato, hasta otra, escrita con tinta roja como sangre:

Exigimos el rescate a la UAN. No, no impunidad.

El micrófono fue cedido a varios docentes.

A las puertas de la sede del Poder Ejecutivo, Lupita, maestra de la Preparatoria de Ixtlán del Río, habló del por que salieron a las calles: por la búsqueda de la comprensión del pueblo de Nayarit y se sepa de las dificultades económicas, y para que el gobierno atienda esas demandas y aporte más recursos.

Dijo que hay un riesgo de que se trunquen los estudios de muchos jóvenes. Y agregó que mientras en México hay una inercia de cambio, pareciera que la educación está en el abandono.

Rodolfo García, de la escuela de Odontología, señaló que los maestros no fueron quienes desfalcaron a la Universidad. Los maestros no queremos sueldos por lealtad, sino por nuestro trabajo.

Estimó que si la educación se privatiza, un estudiante de la UAN estaría pagando 50 mil pesos anuales, por lo que pidió que volteen a ver a la UAN. ¡Gobierno del Estado, hazte presente con el apoyo a la Universidad!.

Llevando la mayoría de los asistentes ropas en color blanco, cerrada la circulación a los vehículos, el uso del micrófono continuó:

Carlos Bernal, docente de Ciencias Sociales y Humanidades tocó un aspecto vital y hasta entonces pasado por alto: el de la autocrítica.

Manifestó que el presupuesto estatal destinado a la UAN es menos del promedio que reciben las universidades del país. Y se pronunció por una mayor transparencia en el ejercicio del presupuesto, pero también, dijo, los maestros están dispuestos a realizar las modificaciones que sean necesarias.

El apunte de Bernal, posiblemente desapercibido, tocó un punto clave. Y es que tal parece que de la crisis financiera en la Universidad todos están concientes pero nadie acepta culpas; es decir, se pronuncian por la toma de medidas, sí, pero también parece que nadie quiere que sus intereses sean tocados sino que todo se corrija pero con el de enfrente. Nadie quiere ser sancionado por faltar a la impartición de clases o que le retiren apoyos, por ejemplo.

Hernán, otro maestro en uso de la voz, también fue autocrítico. Dijo que no estaban ahí nada más para pedir, sino que existía el compromiso para corregir, y si hay culpables que se castigue.

Por su parte, Carlos Rea habló del riesgo inminente de las universidades públicas frente a las políticas del Gobierno Federal que apuntan a la privatización.

- ¡Fuera Peña Nieto! –gritó un hombre-.

Rea urgió a tener un sindicato combativo que luche contra la corrupción y esté a favor de la transparencia.

- ¡Fuera Peña Nieto! –insistió aquel hombre-.

- ¡Fuera! –se le unieron unos seis o siete pero nadie más.

El dirigente del SPAUAN Carlos Muñoz cerró las intervenciones sin autocrítica: nosotros no administramos, nosotros somos trabajadores. Que pague el que la debe, apuntó respecto a la crisis financiera universitaria.

Muñoz reclamó que el sueldo del maestro en la UAN es el penúltimo a nivel nacional, por lo que llamó a la lucha en ese sentido, a pronunciarse a favor de los maestros jubilados y de quienes trabajan por contrato.

La manifestación de maestros universitarios duró alrededor de una hora. No participaron la administración central, estudiantes, ni trabajadores administrativos.

Al final, varios docentes cargaron con bolsas negras donde se colocaba la basura, en especial botellas de agua. Dejaron limpia la calle.