Cristian Rubén justifica agresión en La Loma por falta de medicina

* El joven declara que llega a alucinar y que desde los cinco años consume medicina para controlarse, pero suspendió el tratamiento porque es caro.

19 / Septiembre / 2016

Por Oscar Verdín Camacho

Rapado, de pantalón de mezclilla y camisa en cuadros entre café y verdes en tono suave, Cristian Rubén Ramos Flores quiso contar, reconstruir lo que, según su visión, ocurrió la tarde del domingo 11 en el parque La Loma.

La tarde del sábado 17 y luego de haber sido aprehendido por policías estatales, Cristian Rubén compareció ante el juez de control Rodrigo Benítez Pérez, como imputado en el delito de lesiones intencionales calificadas en agravio de José Manuel Ibarra Carrera, una persona con capacidades diferentes que vende dulces en el citado parque, según expediente 963/2016.

Casado, de 19 años, asistido por una defensora pública, Ramos Flores escuchó los cargos detallados por una agente del Ministerio Público y, a continuación, el juez le explicó que consultara con su abogada si ofrecería una declaración sobre los hechos. Le advirtió que si declaraba, su versión podría ser utilizada en su contra. Si no lo hacía, no se le tomaría en contra.

Tras un medio minuto de diálogo en voz baja, Cristian externó su deseo a manifestarse. Un policía que en todo momento estuvo de pie a su lado lo acompañó a otro escritorio.

Según su relato, ese domingo llegó a La Loma en compañía de su mamá. Acababan de ingresar a un familiar en un centro diverso y ahí le entregaron, entre otros objetos, una navaja de su pariente.

Respecto al vendedor de dulces, señaló que no se dio cuenta que era una persona con discapacidad.

Mi mamá le dijo que se retirara, yo también le pedí que se retirara. Escuché que dijo algo del trasero de mi mamá y lo aventé. Quería ayudarle a recoger sus cosas y hasta entonces supe que era un minusválido

Continuó:

Luego llegaron varias gentes y una de ellas, varón, lo golpeó, además de escuchar que iban a agarrar palos y piedras para golpearlo, por lo que sacó la navaja que traía consigo y se las enseñé. Me fui cerca de una patrulla para que de una vez me llevara

A continuación, la defensa pública realizó preguntas en torno a si enfrenta padecimientos de salud y si necesita medicina.

Cristian respondió afirmativamente, citando que se le diagnosticó déficit de atención, que llega a alucinar y que desde que tenía cinco años consume medicina para controlarse. Ese domingo 11 no tomó el medicamento porque es muy caro. Ocupaba tomármelo.

Si Cristian Rubén tenía derecho a omitir su declaración, de igual forma pudo rechazar las preguntas de la representación de la Fiscalía General del Estado (FGE), pero aceptó contestarlas.

Respondió sentirse cansado y que el suceso ocurrió el lunes o el domingo. Nuevamente reconstruyó el encuentro con José Manuel Ibarra que, insistió, comentaba groserías acerca de las mujeres.

- ¿Cuántas veces le pediste que se retirara?.

- Dos o tres veces. No se retiró.

- ¿Qué fue lo que hiciste si no se fue?.

La pregunta fue objetada por la defensa, citando que la respuesta ya había sido expuesta en su narración.

El juez consideró válida la interrogante y Cristian reafirmó: mi mamá me dijo que nos retiráramos y el señor dijo algo del trasero de mi madre. Entonces lo empujó.

A otra pregunta, el imputado negó que el ofendido hubiera traído algo más en su carrito de venta de dulces.

Desde el inicio de la diligencia, Cristian Rubén se salió del patrón común que adoptan quienes enfrentan algún delito.

Por ejemplo, entre que sus datos personales fueran mantenidos en privado o hacerlos públicos, se pronunció por lo segundo y fueron citados en la audiencia. Incluso, pidió que en ese momento se resolviera el auto de vinculación a proceso solicitado por la fiscal, sin esperar a las 72 ó 144 horas.

La defensa pública se pronunció en contra de la citada vinculación, considerando que Cristian se encontraba en una situación vulnerable, de mucho estrés por no haber tomado el medicamento debido a que es caro, y porque acababa de internar a un familiar.

Señaló también que hay irresponsabilidad de la mamá del ofendido, por no estar pendiente de su hijo.

La agencia ministerial insistió en enlazar los datos de prueba, además de que, recordó, la FGE pidió a través de su página de Facebook la participación ciudadana para identificar al agresor de La Loma, con base en un video tomado en el lugar. Además, dijo, el propio imputado aceptó cometer la agresión.

Por su parte, un abogado que fungió como representante de la víctima precisó que José Manuel estaba trabajando, tiene derecho a ganarse la vida; no se le debe excluir.

Agotado el debate, el juez Benítez Pérez dictó el auto de vinculación a proceso por el delito de lesiones con calificativa de ventaja, más no con agravante. Y es que, durante su versión, Cristian reveló que hasta hace unos días trabajaba como agente de seguridad privada, lo que la agencia ministerial intentó incluir como una agravante más. De acuerdo con el juez, ello debe soportarse mediante alguna constancia.

Benítez Pérez hizo referencia a que, según el dicho del propio Cristian Rubén, intercambió varios diálogos con el ofendido, por lo que debió ser fácil que advirtiera su discapacidad al momento que hablaba. También hizo referencia a que no es razonable que hubiera traído el arma blanca en un parque.

Por las características del caso, explicó el juez, la penalidad oscilaría de cuatro meses a 1.8 años de prisión.

Luego, el siguiente debate fue en cuanto a las medidas cautelares que debían dictarse.

La agencia ministerial solicitó la prisión preventiva argumentando la protección de la víctima, que los hechos ocurrieron en un parque y porque si se comprueba que Cristian necesita medicamento controlado y no lo está consumiendo, habría riesgo de sustraerse de la justicia.

Ahorita no está en tratamiento, podría no venir a las audiencias.

La representación de la víctima secundó: Cristian sabe dónde trabaja el ofendido y podría buscarlo para hacerle daño.

Por su parte, la defensa solicitó otras medidas como el de prohibirle acercarse al parque La Loma, pero no la prisión. Remarcó que Cristian cuenta con una familia y tiene dependientes económicos.

El juez resolvió dictar la prisión preventiva temporal, por 15 días, y cumplido el plazo o antes será revisada con mayor información disponible. Además, dio un plazo de un mes para que se realice la investigación complementaria.

EL OTRO JUICIO

Evidentemente en una estrategia legal, la FGE consignó a Cristian Rubén por el delito de amenazas, separado del caso antes descrito. La víctima es la persona que tomó el video del suceso en La Loma y a quien, con navaja en mano de 25 centímetros de longitud, Cristian le grita, según la agencia ministerial: ¡no me grabes, no me grabes, o te va cargar la chingada! () ¡te dije que no me grabaras o te va llegar la chingada!

En el segundo proceso, número 979/2016 y cuya audiencia inicial se efectuó al mediodía de este domingo, el imputado se reservó el derecho para declarar. Pidió un plazo de 72 horas para que se resuelva su situación.

A solicitud de la defensa, el juzgado solicitará a la dirección del penal un dictamen de medicina general, psicología y psiquiatría, para conocer la situación de salud, especialmente mental, que enfrenta el imputado.

El juez Rodrigo Benítez resolvió la prisión preventiva por el tiempo que dure el proceso de amenazas, aunque advirtió que si bien Ramos Flores tiene otro expediente –el de lesiones al vendedor de dulces-, puede darse que se trate del mismo acto e incluso la acumulación en un solo expediente, lo que se resolvería próximamente.

Por lo pronto, Cristian Rubén continuará recluido en la penal de Tepic.

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