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CON PRECAUCIÓN: La queja cíclica
Por Sergio Mejía Cano
11 / Abril / 2016
Al parecer por el momento está calmada la queja cíclica de parte de los dirigentes del Servicio de Transporte Urbano (STU), para pedir aumento en las tarifas con la promesa eterna de que si se les concede se renovarán las unidades para ofrecer un verdadero servicio de primera; sin embargo, desde luego que esto siempre queda en pura promesa, pues es evidente que los camiones del STU cada día que pasa dejan mucho qué desear, ya que hasta las que llegaron nuevos de paquete, ya comenzaron a dar de sí.
Lo raro es que hoy en día se ven circulando por las calles de Tepic unidades de la ruta Progreso que no son características de este servicio, pues es bueno recordar que cuando se establecieron las rutas Progreso, fue muy notorio que sus camiones eran de los más nuevos y mejores y prácticamente de un mismo modelo de unidad, más que los de las rutas ya establecidas; pero ahora andan unos camiones en esta ruta que no corresponden a las que el público usuario está acostumbrado. Porque al menos por lo pronto llamó la atención la unidad con el número económico 29 de la ruta Progreso 4, que es un camión viejo, como de segunda mano, parecido a los midibuses que han llegado de Guadalajara a dar servicio en otras rutas, pero al parecer ya también en las de Progreso, por lo que se ve, ya también se andan usando las unidades que se desechan en Guanatos, por supuesto. Y salta a la vista que vienen de la Perla Tapatía porque en su interior a algunos de estos midibuses no les borraron bien algunos letreros de propaganda con domicilio en aquella vecina ciudad e incluso, hay algunos en donde se lee que para quejas del servicio se llame a un teléfono con numeración de Guadalajara, pues comienza con lada (33).
Y a propósito de Guadalajara, se ha documentado que precisamente los concesionarios de las rutas Progreso son oriundos de la Perla Tapatía y que llegaron a invertir a la capital nayarita para dar, obviamente servicio y desde luego trabajo, aunque también se ha dicho que no con las prestaciones adecuadas, pero trabajo al fin y al cabo; dicen. Y fue notorio cuando llegaron las rutas Progreso, que contaban con unidades nuevas y confortables, pero como ya se sabe, todo por servir se acaba; sin embargo, también es notorio cuando una unidad que llegó nueva, con el uso va dando de sí y se nota claramente, pero lo raro hoy en día es que al parecer ya están supliendo algunas unidades con otras de segunda mano, como esa número 29 de la ruta Progreso 4. Así que la promesa de renovar los camiones seguirá quedando en el aire así sea que en un hipotético caso se les autorice el aumento en las tarifas; hipotético porque queda claro que por el momento el horno no está para bollos, debido al desempleo latente y los bajos salarios debido a las crisis económica por la que atraviesa no nada más nuestra entidad, sino el país entero.
Es comprensible que los concesionarios del STU pidan aumento de tarifas porque los insumos han aumentado de precio, y más por la baja de nuestro peso frente al dólar americano; pero ¿qué se puede hacer sin afectar también al público usuario? Y más a quienes para trasladarse de sus casas a sus trabajos y viceversa tienen que abordar dos o más rutas, por lo que por esto gran parte de su magro salario se les va en puro transporte, y si se les olvidó el lonche, hay que agregar el gasto para un taquito en el entorno a sus centros de trabajo, porque el tiempo de descanso no les alcanza para ir hasta sus domicilios a comer y obvio, regresar a tiempo, aparte de que significaría aún más gasto en el STU.
Pero no nada más las rutas Progreso están dando de sí en sus unidades, y si bien es común que las demás rutas, entre las más nuevas andan algunos camiones algo destartalados, también hay que la mayoría de sus unidades ya dieron lo que tenían que dar, aunque como se ocupan a la gente no le importa que estén averiadas las unidades que abordan, como las de la ruta 24 en donde andan camiones hasta hechizos, es decir, como que de varios camiones sacaron uno.
Lo que también queda en el aire, es que cada vez que los concesionarios del STU piden aumento de tarifas, aparte del pretexto del aumento de refacciones, combustibles, etcétera, también es común que digan que así no es costeable el asunto y sin embargo, ahí siguen aferrados; ¿por qué si según ellos no es costeable no dejan las concesiones? Desde luego que hay unas rutas más rentables que otras, y quizás por lo mismo han desaparecido algunas, pero si no fueran costeables, pues adiós.