Lo daban por muerto.y estaba en el Penal de Tepic

* En julio de 2012, Sergio Mares salió de Zamora Michoacán, decidió trasladarse a Estados Unidos como le fuera posible. Viajando en tren, dice, descendió en Tepic y fue detenido por la policía, en posesión de un cigarro de mariguana.

17 / Febrero / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

Todavía la tarde del domingo 15, en Zamora, Michoacán, familiares de la señora Rocío Mares López intentaron convencerla de que no viniera a Nayarit. La razón: creían que se trataba de una maquinación delictiva desde una misteriosa carta y llamadas por teléfono señalando que su hermano Sergio estaba vivo y recluido en la penal de Tepic.

Y es que no sabían de él desde mediados del 2012 y ya lo daban por muerto.
Pero Rocío y su esposo Pedro Hernández abordaron un autobús y en los primeros minutos de este lunes arribaron a la central camionera de Tepic. Ahí se quedaron hasta el amanecer. Alrededor de las nueve de la mañana, fue imposible para Rocío mantener las lágrimas cuando confirmó, tras la reja que comunica a los juzgados penales, que ahí estaba Sergio, de 44 años de edad, el mayor de los nueve hermanos. Y tampoco él sabía que se reencontraría con su hermana.

Unos minutos más tarde, Rocío salió de los juzgados para realizar una llamada a su hermana Claudia, una de las más temerosas de que estuviera en Nayarit.
Ya estamos en Tepic, sí es Sergio, está malito, se le escuchó decir emocionada.
En julio de 2012, Sergio Mares decidió trasladarse a Estados Unidos como le fuera posible. Viajando en tren, dice, descendió en Tepic y fue detenido por la policía, en posesión de un cigarro de mariguana, aunque en la acusación formal se habla de 85 gramos de esa droga y 0.5 gramos de cristal.

Otro sujeto, capturado igualmente, obtuvo libertad bajo fianza, pero Sergio se quedó en la cárcel. Quién facilitaría los 10 mil pesos fijados por el Juzgado Tercero Penal como fianza.
Pronto, su caso quedó prácticamente en el olvido.

Sin un teléfono en la memoria de su familia en Michoacán, El Varavara –apodo que se ganó en la cárcel, por su trabajo en una tienda- hizo suyo un espacio en la celda 5-1-13, en compañía de unos 15 reos más.
En los últimos meses, sin embargo, su caso recuperó la atención porque le apareció una bola en el lado derecho del cuello, cerca de la oreja. Por esa razón ha sido hospitalizado y, según cuenta, probablemente necesita una operación.

Personal judicial que pide no ser identificado –ya le daremos cuentas al de arriba- le ofreció ayuda. E igual sucedió con la pastoral penitenciaria cuyo sacerdote a cargo solicitó el anonimato: es nuestro compromiso con Dios.

LA CARTA, LAS LLAMADAS
Pero si Sergio Mares no tenía en mente un teléfono familiar, al menos no olvidó su domicilio en Zamora, y pidió a un conocido, ya liberado, que enviara una carta.

De acuerdo con Rocío Mares, esa carta la recibieron hace unas dos semanas y ahí estaban anotados teléfonos del remitente, por lo que se comunicaron con él: les dijo que Sergio estaba vivo. Pero tenían dudas, miedo a caer en manos de una banda de delincuentes.

Entonces pidieron a esa persona que facilitara a Sergio los teléfonos de ellos, y que él buscara la forma de comunicarse. Pero no lo hizo, lo que aumentó el temor. El viernes 13, la voz de alguien que dijo laborar en un juzgado animó a Rocío a venir a Tepic. Y es que, como prueba de que conocía a Sergio, reveló un dato: Sergio tiene la nariz quebrada, chueca. Y así es.
Así, dejando de lado el no vayas, Sergio ya está muerto, Rocío y su esposo abordaron un autobús la tarde del domingo.
Para entonces, la pastoral penitenciaria fue enterada del caso y aceptó ayudar. La alerta por la situación de salud de Sergio y su prolongada estancia en la cárcel por una acusación menor, influyeron para que la fianza le fuera reducida a mil 200 pesos. Este lunes, un sacerdote llegó con ese dinero –un billete de 500, dos de 200 y tres de 100- y una acompañante acudió a un banco para depositarlo a una cuenta del Poder Judicial del Estado.

Para el mediodía, se ordenó entonces la liberaciónpero surgió un problema: Sergio tenía otra acusación en el Juzgado de Xalisco y también por un delito de narcomenudeo. Se trataba de un asunto no previsto, pero en realidad era una confusión: y es que es el mismo caso, pero inicialmente fue conocido en Xalisco y luego remitido al Juzgado de Tepic, pero de ello no se le dio aviso a la dirección del penal que, entonces, tenía dos expedientes.

Por la tarde fue confirmado que el Juzgado de Xalisco remitió un oficio a la penal, aclarando el caso. La libertad de Sergio Mares se esperaba por la noche.
Rocío y Pedro adelantaron su regreso inmediato a Michoacán para evitar más gastos. Y por supuesto llevándose a Sergio.

La historia de Sergio muestra una lenta impartición de justicia. No ha sido sentenciado y la pena que se le imponga, si resulta condenatoria, podría ser menor a los dos años y siete meses que ya estuvo en la cárcel.

De última hora: Según pudo confirmarse, Sergio Mares fue liberado minutos antes de las nueve de la noche.

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