Líneas: Escuchemos al Profesor Francisco Rivera Morales (Parte final)

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

23 / Octubre / 2014

Entonces desde un principio que llegué a impartir esa cátedra, sin decirles ningún motivo ni hacerles alguna pregunta del porqué no habían aceptado al maestro que tenían, nada de eso Llegué como si fuera el primer día y fui bien aceptado por los muchachos. A tal grado de que cuando terminé ese verano con seis grupos, ya que había otro grupo más al lunes siguiente y pude cubrir satisfactoriamente dos cosas: Mi gusto por la docencia y mi estómago porque entonces yo no tenía planta base –como se decía en aquellas épocas- no trabajaba ni para el Estado ni para la Federación, y por mucho tiempo la Normal fue mi único sostén para seguir adelante.
Entre la Normal y Puga, que nunca pasó de tres grupos, esos fueron mis fuertes para continuar avanzando. Y bueno, ya lo que se ha hecho pedagógicamente, imprimí mi propio material para las cátedras, lo mismo hice en la Julián Gascón Mercado, también edité mis propios proyectos para el club de declamación y de esa manera ya empecé a sentir el sabor de lo que es el fruto con algo que escribas no los puedo llamar libros, sino simples apuntes folletos, folletines esto de cualquier manera es satisfactorio.

Tuve alumnos muy destacados, son innumerables, muchos se han formado profesionalmente Puga tiene la fortuna (y estoy hablando de ese tiempo porque ya han bajado las prestaciones) Antes, desde el momento que nacía el hijo de un trabajador, tenía su número en la fábrica y desde ese momento tenía su beca, y ésta cubría hasta el grado universitario. Los que salían de la escuela Secundaria, solamente que no quisieran estudiar no estudiaban, pero todos tenían su beca para seguir sus estudios en Guadalajara, en México, especialmente en el Politécnico, entonces muchos incursionaron y regresaron ya como profesionistas.
Ellos lo comparan siempre con Bellavista, seguramente por algo que había de rivalidad futbolística –en su tiempo- pero siempre se comparaban Pero eso sí, Puga tiene mucho profesionista, precisamente dada esas facilidades, no sé cómo se encuentren ahora, pero parece que han bajado esas prestaciones que fueron logros todavía, de aquello que había dejado Lázaro Cárdenas, al conformar el sindicalismo y que exigieron a éstas empresas estos apoyos: vivienda, educación, salud

Hablando de mi jubilación, del bachillerato de Puga, del Cebetis 100, fue el primero de febrero del presente año, después de haber trabajado 32 años que también es otra historia Yo dejo Tepic, y me voy a Chiapas, pero las situaciones no se acomodaron como para que el licenciado Noguera Soto pudiera concederme una plaza. Era el director de la UCEF de allá y fue designado para sortear los problemas entre el Sindicato y la Coordinadora, situación que realizó muy bien. La Coordinadora entonces aún estaba naciente, y podemos decir que era minoritaria respecto al Sindicato, allá en Chiapas. Posteriormente vimos que fue la Coordinadora la que dominó y eliminó al Sindicato casi por completo de lo que es Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

Ahí solamente estuve 8 meses, me regresé porque en eso ya se vino el verano y aproveché para venir a dar clases y estar con mi familia, y entonces ya no se pudo. Ya de regreso, como estaba desempleado me encuentro a El Juanchi –un gran amigo de Acaponeta- que era director de Dictámenes, de la Secretaría de la Reforma Agraria, (una comisión dictaminadora que se formó para eso) y empecé a trabajar ahí, gracias a mis conocimientos de Leyes, regularizando las tierras que aún no tenían su título, etc.

Estando ahí, me habla el Ing. César Valenzuela, para darme unas horas en Puga y él fue el que me llevó a esa población y ahí empecé a trabajar y, cuando le dedicas y le echas ganas a un objetivo, logras avanzar rápidamente no fue una cosa fácil, se presentó fácil porque dediqué toda mi tiempo a eso, y aparte de la relación y la amistad con el director, que sabe que tienes tiempo y que lo estás haciendo funcionar por eso a mis tres años, yo llego a mi tiempo completo, aproveché una oportunidad que me dieron en la Universidad Pedagógica Nacional, para concursar 20 horas, las gano y entonces le digo a Valenzuela, mira aquí está mi dictamen en donde acabo de aprobar para cubrir 20 horas en la UPN aquí en Tepic. César me dijo: qué vas hacer, mejor espérate, yo me comprometo a que a inicios del otro semestre ya tienes el tiempo completo aquí. Entonces de esa manera me quedé en Puga, de esa manera trabajé ahí hasta jubilarme. 32 años que cubrí y me vine satisfecho de mi desempeño como maestro.
Ya ahora nomás me queda la Normal Superior, en el curso ordinario, porque en la Normal se trabaja, ya que en ella se labora de lunes a viernes. Aquí llevo 37 años y me voy a retirar, porque ahí no hay jubilaciones, y se va retirando uno conforme las fuerzas ya no responden Esa escuela se conformó sin ningún financiamiento federal ni estatal, entonces desde un principio son las aportaciones de los alumnos las que sirven para el sostenimiento de la escuela.

Y bueno, cuando estaban los cursos de verano era el auge y cuando estaban esos cursos los directores, guardaban una parte para completar lo del curso ordinario que no se completaba Se acabaron esos estudios y nos quedamos pobres, ¿entonces de dónde nos van a dar jubilación, o compensaciones?
Está uno ahí porque es otro ambiente, un ambiente profesional, donde ya son jóvenes y en donde vas a aportar tus experiencias, tus conocimientos y tu preparación. Es muy diferente a una Preparatoria, en donde algo hay que trabajar tanto en la cátedra como en la vagancia de los alumnos, y aquí no, acá ya te escuchan, tú expones, y manejas y trabajas, etc..

(Me despido del Maestro Francisco Rivera Morales, muy orgulloso y honrado por haber logrado esta entrevista que nos muestra toda una época de la historia del magisterio de aquellos tiempos, y que nos la presenta con esa sencillez y humildad digna de la más grande admiración).